En 2013 anunciaron una serie nueva titulada «Banshee» y, como siempre, quise ver el primero de sus capítulos para saber si me enganchaba o no. ¡Y vaya si me enganchó!
Un ex-convicto se presenta en un pueblo huyendo de unos malos malísimos y en busca de su «amada» para reclamarle la parte del dinero que le toca por un trabajo ilegal que hicieron hace 15 años, los mismos que él ha pasado en la cárcel comiéndose el marrón. Me enganchó la primera de las innumerables peleas que habría a lo largo y ancho de la serie. Me enganchó el plano que enseña la escena a través de una mano agujereada por una la bala suelta que se escapa durante la pelea en el bar al que el exconvicto acaba de llegar.
El ex-convicto adopta la identidad del muerto con la mano hecha un cromo y que no es otro que el que tendría que ser el nuevo sheriff de Banshee, un pueblucho abandonado en la inmensidad de Google Maps. Un inicio de argumento bastante flojo y previsible pero como parece que hay algo más oculto, al final, sigues adelante.
Lucas Hood, un sheriff que no lo es; Carrie, una madre y fiel esposa que en realidad es Anastasia, la «amante» que robaba junto al sheriff que no lo es; Job, un tipo de ojos rasgados que no sabes si en realidad es una tipa de ojos rasgados; Rebecca, una joven que escapa de la dictadura de los amish extremadamente ambiciosa; Kai Proctor, el más malo de todos, y su guardaespaldas Clay Burton, un insensible e indestructible sádico; y un sinfín de personajes que pasan por tribus de indios corruptos y violentos, cuerpos de élite del ejército que ocultan algo deshonroso bajo el manto de todo por la patria, neonazis que actúan impunemente en la comarca… etc, etc.
«Banshe» es una de esas series con las que pasas los 50 minutos entretenido con las escenas de sexo sin remilgos, con el desfilar de malos y más malos puteándose entre ellos y con las luchas a puñetazo limpio entre todos. El que menos, sabe dar un par de hostias que te dejan tieso en el sofá. Todo lo malo pasa en Banshee, no hay ni un palmo impoluto. No recuerdo en qué capítulo, hay una de las peleas a muerte dentro de una cabaña entre Carrie y su hermanastro que es digna de ver. Creo que es una de las mejores que he visto nunca convirtiendo las de «El club de la lucha» en la versión juvenil de «Frozen».
La serie consta de 4 temporadas y ya se ha acabado, cerrando todas la tramas, atando todos los cabos sueltos y dejando fiambre a la mitad de la plantilla de personajes. Esta última temporada ha sido un poco más de lo mismo que las anteriores pero llegados hasta la tercera, tenía que cerrar esta etapa violenta de tres años siguiéndola semana a semana. En cualquier caso, repito, es una serie de esas para entretenerse, no empatizas con ningún personaje en particular porque todos te caen tremendamente fatal por lo jodidos y oscuros que son y en cada capítulo apartas la vista de la pantalla para que la sangre —y en alguna ocasión, la lefa— no te salpique.
BANSHEE (4 temporadas)
Valoración: 3 litros de sangre sobre 5