Cómo rodar un corto de zombis en 360º sin que te devoren el cerebro
Esther Paredes, excelente guionista y compañera —y amiga— de trabajo, dedica su tiempo libre a escribir relatos de terror, dirigir cortos llenos de zombis, fotografiar lugares con misterio y a docenas de cosas más. Como tengo un pasado, muy pasado, en el que también escribía relatos cortos de terror —cuánto miedo ha prestado Stephen King al mundo— me une esa pequeña pasión con ella y un día le propuse un disparate nada fácil: ¿por qué no rodar una de zombis en 360º?
Ella no podía negarse porque yo tenía varios ases en la manga. Mi primer as es tener como amigo a Mikel Urmeneta, padre del toro azul de Kukuxumusu e ideólogo de Katuki Saguyaki, que hace años puso el cuerno amarillo en el video de 360º y se embarcó en la creación de Opabinia Films, productora de la cual es uno de los socios. Convencer a la mente abierta de Mikel para que se embarcara en esta aventura no sería difícil: preséntale algo original, nuevo, transmítele tus ganas de llevarlo a cabo, involúcralo y no podrá reprimirse a jugar. Mi segundo as era algo que con el tiempo se acaba diluyendo pero cuando estás ahí y lo estás viviendo, es muy motivador. A esto se le llama «la primera vez». Sería la primera vez que se rodaba un corto de zombis en 360º, sería el primero. Como estábamos ahí, cerca de conseguir la primera posición, no hacerlo sería de tontos. Y mi tercer as es la pasión y el amor que le pone Esther a todo lo que hace. También tiene ese espíritu de Urmeneta. ¿Cómo iba negarse?
Resumiendo, alineé los astros y ahí empezó todo.
Rodar en 360º no es nada sencillo. La cámara lo ve todo: no puede haber nadie dirigiendo, hay que esconder todo lo que no salga en la película (atrezzo, focos, equipos, personas…). El guión no es lineal: todo pasa al mismo tiempo por lo que tienes que contar varias historias a la vez. Nunca sabrás hacia dónde estará mirando el espectador. Si todo pasa al mismo tiempo… la película es un plano secuencia, por lo tanto: nadie puede equivocarse en su papel o habrá que repetirlo todo de nuevo.
Esther se inventó un guión en columnas donde se sucedían las diferentes escenas al mismo tiempo y que yo visualizaba como la lluvia de números y letras verdes de «The Matrix», localizó un lugar solitario en Valencia y todo su equipo de zombis voluntarios del Colectivo Palleter Films se pusieron manos al maquillaje e interpretación. En dos días, un fin de semana y tras varios ensayos en los que reprodujeron todo el corto entero, «La reina de la casa» estuvo rodada gracias a la pericia de Íñigo Chalezquer y Sandra Vallejo de Opabinia.
«La reina de la casa» es la historia que muestra como ni un Apocalipsis Zombi es capaz de arreglar los problemas de una madre con su hija adolescente. La eterna batalla del «aquí mando yo» y «pues eso te crees tú».
Hay varias maneras de ver «La reina de la casa»: o bien te vas moviendo por todo el escenario o bien, para no perderte nada, visualizarlo varias veces enfocando la escena en diferentes ángulos. La diferencia con otros cortos o películas bajo el sello 360º es que —a mi parecer— este es auténtico y no un sucedáneo en el que no es 100% interactivo, puesto que tienen distintas escenas y te mandan hacia donde quieren que veas sin darte libertad por moverte por la historia.
Año y pico después, en septiembre de 2017, llegó la buena noticia: «La reina de la casa» había sido escogida oficialmente en el Festival de Sitges para la Samsung Cocoon. Opabinia Films se puso de nuevo con el proyecto para crearle un cartel —nunca pensamos en ello— que pudiera incluir a King Kong y unas espigas. Es emocionante ver unas espigas en algo en lo que hemos participado, todo un regalo.
Estoy muy orgulloso de Esther Paredes, Mikel Urmeneta y Opabinia Films que decidieron jugar con mi propuesta descabellada. El reconocimiento —las espigas y todo lo que pudiera venir— es absolutamente para ellos, ya que se lo merecen simplemente por ser como son.
«La reina de la casa» en prensa:
→ ‘La reina de la casa’, el apocalipsis zombie con acento valenciano | Las Provincias
→ Un corto sobre el apocalipsis zombi de Palleter Films compite en Sitges | La Vanguardia
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