7 cosas de las que hablar
Quien dice hablar, dice no hacerlo y guárdetelo solo para ti. Y quien dice guardarlo, dice olvidarlo. Pero y el rato que hemos pasado juntos. Quien dice juntos, dice en la distancia. Pero por eso estamos tan unidos: porque estamos lejos el uno del otro. A mi, no hay quien me aguante cerca mucho rato… y no es por el mal olor, puesto que uso desodorante…
1) Todo lo hago mal
Para empezar, como si nos acabáramos de levantar por la mañana, uno de los artículos con los que me he tropezado y me ha dejado sudoroso y maloliente: «Los 4 errores que cometes cada mañana al echarte desodorante». Resumo: no hay que ponérselo nada más salir de la ducha, no hay que aplicárselo por la mañana, no hay que dejar que se seque y no hay que usarlo a menudo. Los que os ducháis por la noche, solo cometéis tres de ellos. En mi caso, los cometo todos. Hago las 4 cosas que el artículo dice no hacer. Sinceramente, no me lo creo. Voy a seguir haciéndolo porque pronto saldrá otro iluminado diciendo lo contrario y será cuando actúe correctamente.
Por cierto, el roll-on es lo peor. ¡Larga vida al stick!
2) Las estéticas fotos en una piscina
Maria Svarbova, fotógrafa, tiene una excelente serie de fotos tomadas en las piscinas construidas durante la época socialista de Eslovaquia. La colección «In the swimming pool» es preciosa e hipnotizante. El movimiento sincronizado ha sido congelado con una elegancia exquisita.
→ Lo he descubierto en Colossal.
3) Porno pedir que no quede
Amarna Miller, conocida actriz porno y que prefiere «vivir sin casi nada» —lo decía en una entrevista que ha sido suprimida del sitio de Atresmedia: link que ya no funciona— tuvo un accidente de moto en Filipinas que le provocó lesiones en un hombro, un codo y una pierna. Como este tipo de accidentes no se curan con un analgésico (nótese que aquí, «analgésico», está puesto con todo el doble sentido y humor negro del que dispongo) tuvo que estar en un hospital con todo los gastos que esto conlleva. Sin pudor, decidió recurrir al crowfunding para paliar el agujero en sus cuentas bancarias. La chica llegó a pedir 84.000 euros. Luego lo rebajó a 60.000 y al final, se quedó en poco más de 12.000 euros. Las redes sociales se incendiaron con esta campaña —cómo me gusta esto de los incendios en redes sociales… es tan patética la expresión— con una parte a favor y otra en contra. A mi me da absolutamente igual. Está en pleno derecho de pedir lo que venga en gana y que le haga caso quien quiera. Hago referencia a este caso porque, cuando lo vi, me sorprendió que me cayera el mito de que, en el porno, parece no ganarse tanto dinero como pensaba.
→ Lo he leído en Huffington Post.
4) El mejor imitador del mundo
El mejor imitador del mundo no es ni Carlos Latre, ni José Mota, ni Soraya Sáenz de Santamaría haciendo de Frodo Bolsom. El mejor imitador del mundo es un animal, un pájaro: el ave lira. Hay dos especies que habitan en Australia y son capaces de reproducir cualquier sonido. La versión ficticia de un ave lira sería el Sinsajo, el pájaro que es capaz de escuchar a los humanos y, posteriormente, reproducir sus conversaciones en la saga de libros «Los juegos del hambre».
5) Cómo viajar gratis gracias a Airbnb
Desde que conocí a Judith Tirado —no tengo el gusto de conocerla personalmente— me gustó lo que hacía. He visto como ha ido creciendo digitalmente en muy poco tiempo. Escribía un modesto blog sobre sus viajes con mucho sentido del humor y ahora es perseguida para que colabore en un montón de sitios. A mi me ganó desde el minuto uno con su biografía: «Nací en Salzburgo y, desde edad temprana, desarrollé un prodigioso dominio del piano… Que nooo, que esta es la biografía de Mozart». No hace mucho que ha empezado a publicar videos en su canal en YouTube, los cuales aconsejo ver por entretenidos, divertidos e interesantes, y hace unos días publicaba su «secreto a voces» de cómo viajar gratis gracias a Airbnb. Habrá que ponerlo en práctica.
6) Una vuelta de tuerca a lo efímero
¡Entrevistas que desaparecen cuando alcanzan los 5.000 lectores! ¿Qué? ¿Es o no es una idea genial? Llevo aplaudiendo toda la mañana de domingo. El contenido que solo dura 24 horas está de moda en Instagram y otras plataformas. Es el contenido efímero. Pero es tan efímero como intrascendente. No interesa a nadie, solo al que lo emite en un elevado tanto por ciento. Es más, suele crearlo así porque reconoce que no vale la pena perpetuarlo o, aunque le dé vergüenza mostrarlo, necesita exponerse. Vale, entonces ¿por qué me gusta tanto la idea que un contenido acabe desapareciendo después de X lecturas o visualizaciones más que por tiempo? Porque puede durar solo cinco minutos o menos y le da el valor añadido de exclusividad absoluta. Un contenido de 24 horas puede ser visto por millones de personas. Eso le da al contenido un toque de poco interesante, de basura, directamente. Pero que solo lo puedan ver los 5.000 primeros le da el toque de litografía numerada de Picasso. ¡Me encanta la idea!
→ Lo he leído en Verne.
7) La hora del vermut
Y para acabar, «Olives». Un corto de animación del siempre sorprendente Bird Box Studio. Ahora que lo pienso, me daría mucha pena que solo lo pudieran ver los 5.000 primeros.
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