Harto del orden monótono en que construía sus días, decidió vivirlos aleatoriamente. Así que despertó una tarde y preparó el desayuno. Se duchó, se desnudó, regresó a casa, salió del trabajo, se acostó, cenó, salió de compras, se vistió y, como tenía tiempo, se cepilló los dientes antes de levantarse.
Escrito para 50 palabras.