En 2014, tras la compra de Whatsapp por parte de Zuckerberg, decidí no utilizar más esta herramienta de mensajería y pasarme a Telegram. Un acto de rebeldía gratuita que me acarrearía más de un problema. El principal: me desconectaba de todo mi entorno. Era un precio muy alto que pagar pero alguna ventaja había de tener a la larga. Y su cantidad de ventajas ha ido en aumento porque no solo es una aplicación para recibir mensajes, fotos y memes. Es una aplicación con la que vas más allá de enviar y mensajes (grupos, canales, stickers, encuestas, buscador de videos y gifs, juegos, Telegraph, etc…) además de la ventaja más importante: tranquilidad. Por ahí me habla quien de verdad tiene algo qué contarme.
Hace ya tiempo creé mi propio canal telegram.me/play4colors para distribuir algunas de las cosas que hago. No suelo utilizarlo mucho porque me da reparo estar invadiendo constantemente los móviles de los demás. Una cosa es que te vengan a buscar lo que ofreces y otra darlos con calzador. No puedo evitar pensar de esta forma.
El caso es que ahora me ha dado por crear stickers. Una serie llamada «Minimal» la cual voy ampliando y actualizando a medida que se ocurre como sustituir los conocidos emojis por este personaje amarillo de cabeza azul. Y como siempre —y por lo que nunca podré comprarme un apartamento en la playa— es gratis para uso y disfrute de quien le apetezca.