El marido que no se entera de nada.

El marido que no se entera de nada.
Un folio en blanco, un objeto y algo absurdo.
Descubrimos quién se esconde tras la identidad de La Bella Easo.
Agita el alucinógeno para hacer un viaje ‘low cost’.
La relación toca fondo, cae a un pozo sin final.
¿Un café? Un café no es follar.
Rompiendo los esquemas de la historia.
Una llama enciende a otra llama.
Ese maldito reflejo en la pared me ha desconcentrado.
¿Volveremos a vernos?
Si no fuma y el tabaco no lo mata lo mataría yo a puntapiés.
«Solo fumo después del sexo» me dijo una vez.